La contaminación es un término que abarca
multitud de aspectos en un determinado ecosistema. Uno de los factores que
contribuyen a la contaminación y sus fatales consecuencias, es la mala
concienciación que tenemos todos los humanos con respecto al cuidado del
medioambiente. Como principal objetivo, debemos interiorizar que el medio en el
que vivimos, es un ecosistema natural y esencial para nuestra vida y para la de
otros seres vivos. Por ello, tenemos que cuidarlo, como cuidamos nuestros
bienes más preciados.
Actualmente los integrantes de
nuestra sociedad, nos preocupamos mucho más por los nuevos elementos electrónicos,
que por responsabilizarnos de nuestro medio. A partir de dicha realidad nos
podemos realizar la siguiente pregunta: ¿qué es más importante: un teléfono
móvil o el propio planeta? Creo que si está pregunta se llevara a acabo en una
encuesta, la mayoría de la gente, inconscientemente, apostaría por el último
modelo de telefonía móvil. Pero siendo realistas, nos damos cuenta de que este
móvil es un bien material, importante para la comunicación, pero al fin y al
cabo, un instrumento del cual se puede prescindir. Por otro lado, el planeta es
aquello que cuidamos menos, pero necesitamos más. ¿Qué sería de la vida sin la
tierra? Es como un individuo sin casa… El dilema es que una casa hay que mantenerla,
limpiarla, arreglarla… y el planeta, la casa de todos, también debe tener
dichos cuidados.
Para comenzar a conservar nuestra
gran casa, el planeta, debemos cuidar el suelo evitando enterrar desechos o depositarlo en cualquier sitio y, en su
lugar, sustituir los materiales por otros que sean biodegradables, es decir,
materiales que se pueden convertir en sustancias más sencillas y capaces de ser absorbidas por las cadenas
tróficas.
También se deben evitar los
insecticidas, para mejorar los cultivos, ya que son muy peligrosos para las
plantas y, sobre todo, para los animales que se alimentan de ellas, así como
los herbicidas utilizados para eliminar las malas hierbas, que además dañan los
vegetales y el suelo.
No solo debemos proteger el
suelo, también tenemos que cuidar el aire (contaminado principalmente por los
gases aerosoles, tan perjudiciales para la capa de ozono) y el agua (a la cual
muchas empresas tiran los residuos contaminantes perjudicando a los peces y los
vegetales, tanto de ríos como de mares).
Todos estos malos usos que
hacemos, pueden ser evitados si todos somos conscientes de que lo único que
hacemos es perjudicarnos a nosotros mismos, y en mayor medida, a nuestras
generaciones posteriores. Es tan sencillo como evitar aerosoles, reciclar y
utilizar al mínimo sustancias químicas contaminantes.
El planeta es de todos, y por
ello, todos debemos cuidarlo. ¡COLABORA CON EL MEDIO AMBIENTE!